PROHIBICION DE LA CELEBRACION DE LA NAVIDAD
Durante la Reforma protestante, la celebración del nacimiento de Cristo
fue prohibida por algunas Iglesias protestantes, llamándola "Trampas de
los papistas" y hasta "Garras de la bestia", debido a su
relación con el catolicismo y el paganismo antiguo.
Después de la victoria
parlamentaria contra el Rey Carlos I durante la Guerra civil inglesa en 1647,
los gobernantes puritanos ingleses prohibieron la celebración de la Navidad. El
pueblo se rebeló realizando varios motines hasta tomar ciudades importantes
como Canterbury, donde decoraban las puertas con eslóganes que hablaban de la
santidad de la fiesta.
La Restauración de 1660 puso fin a la prohibición, pero
muchos de los miembros del clero reformista, no conformes, rechazaban las
celebraciones navideñas, utilizando argumentos puritanos.
En la época colonial de los Estados Unidos, los puritanos de Nueva
Inglaterra rechazaron la Navidad, y su celebración fue declarada ilegal en
Boston de 1659 a 1681. Al mismo tiempo, los cristianos residentes de Virginia y
Nueva York siguieron las celebraciones libremente.
La Navidad fue declarada día feriado federal de los Estados Unidos en
1870, en ley firmada por el Presidente Ulysses S. Grant, pero aún es una fiesta
muy discutida por los distintos líderes puritanos de la nación.
En la actualidad, algunas Iglesias bautistas independientes, algunas
congregaciones paraprotestantes de carácter radical, así como los Testigos de
Jehová que tienen en Charles Taze Russell su fundador, no celebran la Navidad,
porque la consideran una festividad pagana no prescrita en la Biblia.
Además,
rechazan que el 25 de diciembre sea la verdadera fecha del nacimiento de
Cristo. Cabe mencionar que, en sus inicios, los Testigos de Jehová celebraban
la Navidad, no en carácter de celebración religiosa, sino como forma de
sociabilización entre sus miembros.
Según la Enciclopedia Católica,3 la Navidad no
está incluida en la lista de festividades cristianas de Ireneo ni en la lista
de Tertuliano acerca del mismo tema, las cuales son las listas más antiguas que
se conocen.
La evidencia más temprana de la preocupación por la fecha de la
Navidad se encuentra en Alejandría, cerca del año 200 de nuestra era, cuando
Clemente de Alejandría indica que ciertos teólogos egipcios “muy curiosos”
asignan no solo el año sino también el día real del nacimiento de Cristo como
25 pashons copto (20 de mayo) en el vigésimo octavo año de Augusto.
Desde 221,
en la obra Chronographiai, Sexto Julio Africano popularizó el 25 de diciembre
como la fecha del nacimiento de Jesús. Para la época del Concilio de Nicea I en
325, la Iglesia alejandrina ya había fijado el Díes nativitatis et epifaníae.
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